Resultados de las elecciones del domingo: ¿Para qué lado pateo?
En el orden nacional hubo ganadores y perdedores y en lo local, nadie festejó. Volvió a ganar Moccero por poco más de 700 votos, Juntos pagó el precio de no haber sabido consensuar una lista común y de no haber tenido propuestas lúcidas que sedujeran al electorado. Demasiado premio para la lista local de La Libertad Avanza que solo pueden exhibir un resultado producto del arrastre de Milei. Hubo corte de boletas: Milei ganando las presidenciales con más del doble de los votos de los candidatos locales. Nada para festejar.
Por Eduardo Minich
Si bien el domingo el resultado de las elecciones dio por ganador a Ricardo Moccero, la exigua ventaja demuestra que la inercia moccerista va perdiendo fuerza y solo pudo sostener su reelección porque la oferta en la vereda de enfrente era muy pobre, y el triunfo, además de la inercia, contó como siempre del arrastre que significó el ‘efecto clientelismo’: Ayudas, favores, vales… “Te doy pero acordate….”. En fin, una manera nada sutil de torcer la voluntad del ciudadano que también, hay que decirlo, se ha transformado en víctima y cómplice a la vez, prostituyendo obscenamente la esencia intrínseca de la Democracia que se define como “El gobierno del pueblo”, dejando en manos de sus gobernantes la libertad de obrar a su antojo (al igual que en cualquier monarquía).
Con los resultados del domingo Ricardo Moccero seguirá siendo intendente por séptima vez, tendrá un bloque de 5 concejales, 8 tendrá Juntos, 2 tendrá el bloque de Unidad y Renovación (la lista de Flavio Diez) y uno por la Libertad Avanza. En el orden local no se vislumbran grandes cambios (ojalá los hubiera así tendríamos la alegría de poder retractarnos).
En cuanto al Consejo Escolar quedó sin mayores cambios conformado de la siguiente manera: Unión por la Patria logró retener las dos bancas en el Consejo Escolar que ponía en juego, resultando electos Dante Ferrarelo y Mónica Gieser, en tanto que Perla Soler se sumará al equipo de trabajo de Juntos. De esta manera, Juntos continuará en el control del Consejo Escolar con 4 consejeros.
De cualquier manera, habida cuenta de lo que el Concejo Deliberante ha sido capaz de exhibir en los últimos tiempos (en cuanto a resultados) su constitución carece de relevancia ante el grave desafío que el país tiene por delante.
Argentina está hoy en una encrucijada final: o cambia o se hunde ‘that is the question’. Si la gente prefiere lo último no hace falta cambiar nada, más, si pretende cambiar, el primer cambio debe producirse en el interior de cada uno. Basta de pavadas, de ‘gatitas paridas’, de ambiciones por un cargo… basta de envidias y resentimientos. “Argentinos a las cosas”.
¿Qué tenemos por delante?
Faltan poco menos de tres semanas para el partido definitivo y ‘hay que cambiar la cabeza rápido’ como dicen los entrenadores de fútbol cuando tienen un resultado adverso.
Vale la pena ‘separar la paja del trigo’: en el orden provincial y municipal las cartas ya se jugaron pero falta el partido definitivo, el consagrará a quién (en términos futboleros) se quedará con el título.
El resultado de una elección es mucho más que un título deportivo. El resultado de una elección puede significar salir de la decadencia o seguir hundiéndonos en ella, y es una decisión en la que ‘todos’ debemos despojarnos de resentimientos, prejuicios, desconfianza o sentimientos de revanchismo o venganza. Por ahora no lo hemos logrado.
Existen ejemplos en la historia en la que grandes líderes que no tenían nada en común, ni siquiera amistad o simpatía (más bien todo lo contrario), ante momentos cruciales de la historia supieron dejar sus diferencias de lado, unirse en pos de un objetivo común, que en ese momento era vencer al monstruo que había desatado la segunda guerra mundial. Se unieron y lograron.
Si de verdad queremos torcer el rumbo de la historia debemos dejar de ‘jugar la chiquita’ y demostrar, de una vez por todas, que estamos dispuestos a juntarnos para jugar –en serio- el partido final.
Volviendo a la sugerencia del título de la presente nota, cuando se arma un ‘picadito de ´futbol’ y alguien llega con el picado en marcha siempre pregunta ¿“para qué lado pateo”?. No importa quienes juegan, ni qué relación tiene cada uno con el otro, lo que importa es meterla en el arco contrario. Tan simple como eso.
De cada uno de nosotros depende.