Juan Carlos Harriott: Un grande entre los grandes
Juancarlitos cedió ante la sentencia inapelable de la naturaleza y ayer, en silencio, se nos fue. Cumplió con el destino inexorable hacia el que...

Juancarlitos cedió ante la sentencia inapelable de la naturaleza y ayer, en silencio, se nos fue. Cumplió con el destino inexorable hacia el que todos nos dirigimos y que, cuando lleguemos a él, nos esperará el juicio que sentenciará si el paso por esta vida tuvo o no sentido.
Quienquiera que se haya identificado como suarense, habrá sido identificado como ´la capital del polo’. Identificación que inevitablemente nos llena de orgullo. En esa identificación, que nos enorgullece, surge fulgurante la figura de Juan Carlos Harriott (h).
Juan Carlos fue un deportista superlativo y los suarenses tuvimos la fortuna de que ‘fuera nuestro’. El que Coronel Suárez sea inmediatamente identificado con esa calificación: ‘La Capital de Polo’ se lo debemos a aquel equipo legendario integrado por los hermanos Harriott y los Heguy que ostentaron aquel equipo (único en el mundo) con 40 goles de Hándicap en el cual Juan Carlos fue la figura descollante.
Juan Carlos se nos fue ayer, pero cumplió con la misión que solo tienen los grandes: dejar un legado que lo sobrevivirá a lo largo de toda la historia. Alguien que logró escalar a lo máximo que un deportista puede aspirar: ingresar al Salón de las Leyendas del deporte en EEUU.
Juan Carlos paseó su jerarquía, con el polo, por todos los escenarios del mundo. Pero junto con su jerarquía paseó también su don de gente, su humildad y su sencillez. Esa sencillez que solo los grandes suelen exhibir.
Al dolor por la pérdida se le superpone el agradecimiento eterno que Coronel Suárez tiene para con Juan Carlos por el honor que significó tanto en el deporte como en lo que refiere a lo que significó en lo humano. Sin duda lo vamos a extrañar pero es mucho más lo que lo vamos a recordar.
Juan Carlos: te despedimos con el convencimiento de que hoy vas a entrar en la etapa al que podemos considerar el derecho que tiene ‘el reposo del guerrero’. Tenemos mucho que agradecerte, como suarenses y como argentinos.
Llegó la hora de tu merecido descanso en paz. Eternamente agradecidos por el legado que nos dejaste.
Hasta siempre Juan Carlos.